Las últimas revisiones de estudios científicos ponen en entredicho los beneficios para el corazón de los ácidos grasos omega 3 y omega 6 así como la relación negativa entre grasas saturadas y riesgo cardiovascular. Sin embargo, las últimas evidencias en la literatura científica apuntan a los nutrientes de origen vegetal como los más beneficiosos para un envejecimiento saludable.
El último estudio sobre los beneficios de una dieta alta en nutrientes de origen vegetal se ha publicado en la revista 'European Journal of Clinical Nutrition' y lo han dirigido investigadores de la Universidad de Wageningen y el Centro Médico Erasmus en Rotterdam, ambas instituciones de los Países Bajos.
Los investigadores emplearon un índice de alimentos que refleja la densidad de nutrientes en la dieta global y examinaron las asociación entre este índice, basado en nueve nutrientes beneficiosos (proteínas, fibra, vitaminas y minerales) y tres nutrientes a limitar (grasas saturadas, azúcar y sodio), y la incidencia de enfermedad cardiovascular y mortalidad de todo tipo.
En el trabajo participaron 4.969 personas de 55 años o más procedentes del estudio Rotterdam que examina la evolución a lo largo de los años de este colectivo en los Países Bajos. Los grupos de alimentos que más peso tomaron en la investigación fueron vegetales, fruta, leche y productos lácteos, pan y patatas.
Los resultados mostraron que quienes seguían una alimentación con puntuaciones más altas en este índice de alimentos altos en nutrientes presentaban una menor mortalidad de todo tipo, sobre todo en el caso de las mujeres. Sin embargo, las puntuaciones en el índice no se asociaron con incidencia de enfermedad cardiovascular.
Los autores concluyen en que en los mayores que seguían la dieta con más componentes beneficiosos y menos componentes de los que se limitaban tenían un menor riesgo de mortalidad de todo tipo. Por ello, señalan que el consumo de una dieta densa en nutrientes podría mejorar la supervivencia.
Dieta mediterránea y frutos secos
Las conclusiones del estudio PREDIMED ('Prevención con Dieta Mediterránea') muestran que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos (nueces, avellanas y almendras) permite reducir hasta en un 30% el riesgo de sufrir complicaciones cardiovascularesmayores (infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular) en pacientes de alto riesgo cardiovascular.
El trabajo, cuyos principales resultados se publicaron en abril de 2013 en 'The New England Journal of Medicine', estudió a 7.447 voluntarios en España con alto riesgo cardiovascular. Estas personas tenían entre 55 y 80 años y padecían diabetes o bien cumplían requisitos como ser fumador, tener tensión alta, tener alteraciones en el colesterol, ser obesos o sufrir sobrepeso o tener antecedentes familiares de enfermedad cardiaca precoz. El estudio se llevó a cabo a lo largo de 10 años y contó con la colaboración de 90 investigadores de los principales grupos de nutrición españoles.
Además, los últimos resultados de PREDIMED publicados a inicios de año en la revista 'Annals of Internal Medicine' muestran que la dieta mediterránea, especialmente cuando se suplementa con aceite de oliva virgen extra, puede disminuir hasta en un 40% la probabilidad de desarrollar diabetes.
Frutas y vegetales
Según señala Yannan Jin, profesor en el Departamento de Nutrición Clínica, Deportes y Ciencias de la Salud de la Universidad Hope de Liverpool (Reino Unido) en el blog de la Sociedad de Nutrición europea (www.nutritionsociety.org) en décadas recientes los investigadores han dirigido su vista a la dieta para prevenir el riesgo de enfermedad cardiovascular y cáncer.
Se ha sugerido, señala Jin, que frutas y vegetales son los componentes principales para mantener un corazón saludable. Un número cada vez mayor de estudios científicos han proporcionado evidencias de que el consumo de una dieta rica en alimentos seleccionados como fruta fresca y vegetales, se asocia con una menor incidencia de enfermedades cardiacas, incluyendo enfermedad cardiaca coronaria y enfermedad cardiovascular, ictus, cáncer y otras enfermedades crónicas.
Según señala el académico, los efectos beneficiosos de fruta y vegetales sobre la salud cardiaca podrían atribuirse a muchos de sus constituyentes, incluyendo vitamina C y E, potasio y folato. Otros componentes como las fibras dietéticas y los carotenoides, que se encuentran en los vegetales de hoja verde, tomates y zanahorias, se recomiendan como algunos de los mejores candidatos para un corazón sano.
En las últimas décadas, añade Jin, los investigadores se han centrado en los polifenoles. Algunos de ellos, los que se encuentran en frutas y vegetales, podrían tener un efecto antioxidante sobre el organismo y ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como las cardiacas y las cerebrales, además de algunos cánceres, concluye.
Frutos secos y corazón
Jin apunta en el blog sobre nutrición de la institución europea que debido a su perfil en nutrientes y sus efectos conocidos sobre la salud cardiaca, los frutos secos fueron el primer alimento completo que se consideró saludable para el corazón por la Agencia de Administración de Alimentos y Fármacos estadounidense.
La literatura científica sugiere que un mayor consumo de frutos secos reduce el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria (ECC) y que sus efectos beneficiosos se observan sobre el perfil de los lípidos (colesterol y triglicéridos en sangre) y otros marcadores intermediarios de esta enfermedad.
Los frutos secos son ricos en una variedad de nutrientes y aunque tienen un alto contenido en grasas (entre un 45% y un 75% de su peso), éstas son principalmente insaturadas, es decir, grasas saludables, apunta el profesor. Al contrario de lo que se pudiera esperar debido a la alta densidad de energía presente en los frutos secos, las evidencias de los estudios y ensayos científicos sugieren que su consumo regular ni contribuye a la obesidad ni aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
La Organización Mundial de la Salud sugiere que existe "una fuerte evidencia de un papel de los frutos secos en la reducción del riesgo cardiovascular que se sitúa en probable". Además, las autoridades estadounidenses de la Agencia de Administración de Alimentos y Fármacos señalan que la evidencia científica sugiere pero no prueba que consumir 45 gramos al día de la mayoría de frutos secos como parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol podría reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
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