Un equipo internacional de investigadores ha probado en pacientes una nueva técnica que mejora los resultados de la reproducción asistida y que consiste en un análisis genético de los 23 pares cromosomas del embrión antes de transferirlo en el útero, con el objetivo de descartar los "genéticamente no normales".
Los resultados de este trabajo, realizado en 43 mujeres, se han publicado en la revista BioMed Research International, en la que los autores apuntan que con su aplicación se reducirían los embarazos múltiples, "ya que la transferencia de un solo embrión genéticamente normal es suficiente".
Según lo publicado, el 68 % por ciento de las participantes a las que se les practicó una fecundación 'in vitro' se quedaron embarazadas. Las pacientes incluidas en el estudio habían sufrido tres o más fracasos en anteriores tentativas.
El director de la Clínica MARGen de Granada, Jan Tesarik, firmante de este artículo, explica a EFEfuturo que en general con la edad las mujeres acumulan en sus ovocitos anomalías cromosómicas.
El estudio genético preimplantacional de los embriones permitiría descartar aquellos "genéticamente no normales", ha añadido.
En la actualidad, en la mayoría de los casos se usa una técnica conocida como hibridación fluorescente 'in situ' (Fish en inglés) que por norma general analiza de tres a siete cromosomas diferentes.
Sin embargo, según Tesarik, el genoma humano está formado por 23 pares de cromosomas "y las anomalías pueden estar en cualquiera de ellos".
El método descrito ahora se denomina hibridación genómica comparativa (CGH en inglés) y permite evaluar los 23 pares de cromosomas del embrión, resume Tesarik, quien firma este trabajo junto a expertos del Hospital Europeo de Roma.
De los embriones analizados por este método, el 46 por ciento resultaron genéticamente normales (sólo en dos pacientes ningún embrión era normal), según este investigador en Granada.
Tesarik informa de que una vez estudiados y separados aquellos de "calidad" -los diagnosticados como genéticamente normales-, los embriones se transfirieron a 41 pacientes (uno solo a cada mujer), quedando embarazadas el 68 %.
"Aparte de su indiscutible interés clínico, este trabajo abre un debate sobre la regulación y legislación que concierne a la aplicación de análisis genéticos en reproducción asistida", sostiene.
Tesarik detalla que la ley permite el diagnóstico preimplantacional sólo en los casos donde alguno de los progenitores padezcan enfermedades hereditarias graves o de alteraciones que pueden comprometer la viabilidad del embrión.
"Me parece razonable aplicar nuestra técnica en todos los casos de fecundación 'in vitro', sin distinción, para evitar el sufrimiento inútil de las parejas después de un fracaso", señala Tesarik en una nota remitida por su clínica.
Si bien esta prueba genética costaría unos 2.000 euros, su aplicación "supondría un ahorro económico, ya que el número de intentos se reduciría", según este experto, quien asegura que, además, bajarían los embarazos múltiples, pues sólo se transfiere un embrión.
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