Si eres de los que aguantas poco el dolor, puede que la culpa sea de tus genes.
Investigadores de la Academia Americana de Neurología han logrado
identificar una serie de ellos que podrían estar vinculados a la
tolerancia que tienen las personas para soportar el malestar.
Para llevar a cabo este estudio, se
evaluaron a 2.721 personas que padecían dolor crónico y estaban tomando
medicamentos con opioides recetados. Asimismo, los participantes
calificaron su percepción de dolor en una escala de cero a diez, aunque
no se estudiaron a aquellas que no tenían ningún tipo de dolor.
En concreto, la baja percepción del dolor se definió con una puntuación
de 1, 2 o 3; la percepción del dolor moderado fue una puntuación de 4, 5
o 6; y la percepción de alto dolor era una puntuación de 7, 8, 9 o 10 .
El 9 por ciento de los participantes tenía baja la percepción del dolor,
el 46 por ciento tenía la percepción del dolor moderado y el 45 por
ciento tenían una alta percepción del dolor. Además, los investigadores
encontraron que la variante del gen DRD1
fue del 33 por ciento más frecuente en el grupo de bajo dolor que en el
grupo de alto dolor. Entre las personas con una percepción del dolor
moderado, las variantes del gen COMT y OPRK se
encontraron un 25 por ciento y 19 por ciento más a menudo,
respectivamente, que en aquellos con una percepción alta de dolor. La
variante de DRD2
era un 25 por ciento más común entre las personas con una percepción
alta de dolor en comparación con las personas con dolor moderado.
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